La metodología de Dirección de Proyectos está claramente orientada a la consecución de objetivos mediante la aplicación de técnicas y herramientas diseñadas desde la racionalidad y la efectividad que pretenden reducir la incertidumbre del desarrollo del proyecto a niveles de seguridad aceptables integrando procesos de iniciación, planificación, ejecución, seguimiento, control y cierre, cuyo resultado genera una base de lecciones aprendidas que se convierten a medio y largo plazo en un activo de la organización.
La gestión del riesgo en las actividades del proyecto es por razones obvias un proceso clave a lo largo de todo el ciclo de vida del proyecto, y a la identificación y análisis de riesgos quiero dedicar este post, ya que para las personas que como yo tengan una gran orientación al logro resulta muy interesante mantener una postura abierta respecto a la integración del mayor número de oportunidades en las estructuras teóricas de éxito para conseguir el objetivo en las mejores condiciones.
Identificación de riesgos. Metafísica o la verdad profunda de las cosas.
La complejidad de la identificación de los riesgos está en la imposibilidad de comprender el entorno en su totalidad. Es aquí donde la actitud metafísica puede ayudarnos a encontrar los puntos débiles de nuestro razonamiento. Nuestra verdad se compone de un montón de piezas relacionadas y una falsa sensación de seguridad se convierte en nuestro mayor enemigo por el sesgo que produce en nuestra percepción.
La metodología metafísica como línea de pensamiento cuestiona la estructura de la realidad desde tres aspectos clave:
-. El examen constante de la validez de las premisas o creencias, eliminando el sesgo en la percepción. Este proceso es clave en procesos creativos.
-. La identificación de la naturaleza de los acontecimientos y el problema del doble. El acierto en la interpretación de un hecho y la voluntad de asumir las consecuencias determinará una correcta toma de decisiones. También debemos estar preparados para asumir que en muchas circunstancias las expectativas generadas en relación a la forma de darse un acontecimiento exceden al hecho en sí, lo que puede generar insatisfacciones a las que podemos anticiparnos.
-. Cuidado con la tentación de arrojar el presente al pasado o al futuro para asimilarlo. El presente se hace muchas veces invisible por esta tendencia tan humana.
Sobre este tema os recomiendo un excelente ensayo relativo a este tema ‘’Lo real y su doble. Ensayo sobre la ilusión’’ de Clément Rosset, sobre el que escribiré algún otro post porque es tremendamente interesante en muchos otros aspectos.
Análisis de los riesgos. Los cisnes negros o el impacto de lo altamente improbable.
Una vez identificados los riesgos conocidos, determinaremos su impacto y su probabilidad de suceso otorgándoles una escala de valor, y cruzando esta información diseñaremos la estrategia de gestión adaptada a cada caso, pero ¿qué hacer con los riesgos desconocidos de baja probabilidad y alto impacto? Sobre este tema os recomiendo la lectura del articulo de José Monzó sobre el libro ‘’Los cisnes negros o el impacto de lo altamente improbable’’ de Nassim Nicholas Taleb. De él me quedo con estas tres ideas sobre las que os invito a reflexionar:
-. La ‘’falacia de la regresión estadística’’ o creer que la probabilidad de eventos futuros se puede predecir examinando acontecimientos de eventos pasados. Apunta una idea muy interesante acerca de la equivocada extracción de patrones contaminados por la toma de decisiones de personas condicionadas por el conocimiento de dicho patrón que con su actuación lo difuminan.
-. La ‘’falacia lúdica’’ o creencia en la similitud de la probabilidad estadística con la sucesión de los acontecimientos en la vida real.
-. El empeño de los seres humanos por comprender el mundo viviendo en la ‘’ilusión del orden’’ pretendiendo innovar en la planificación.
En definitiva el profesor Taleb nos anima a avanzar en la gestión de los cisnes negros confiando en nuestra habilidad humana para estar preparados ante las consecuencias previsibles de un suceso inesperado y tomar las decisiones adecuadas.
Como conclusión, me quedo con lo positivo del método racional, que nos regala la belleza equilibrada de una composición armónica en un círculo integrador, sin renunciar a la captura de los cisnes blancos que en su rareza positiva añaden valor e innovación a nuestros proyectos, y confío en la palabra del sr Taleb cuando afirma que al ser humano se le da mejor hacer que predecir. Que así sea.