lunes, 16 de mayo de 2011

¿ERES CREATIVO O IMPLEMENTADOR?

Esta pregunta surge de un Twitt donde se valoraba al implementador por encima del creativo, y quiero dedicarle un post para profundizar en el origen de esta idea y el potencial peligro de las consecuencias que de ella se pueden extraer. El tema me toca muy de cerca por mi profesión de arquitecto, ya que desgraciadamente, los arquitectos como colectivo tenemos la fama de ser muy ‘creativos’ y poco ‘resolutivos’, cosa que como podéis imaginaros no comparto en absoluto, aunque entiendo que al ser nuestra profesión un puente entre lo posible y lo material, inevitablemente se nos cuestione en la definición del alcance de nuestra labor.

Hay quienes opinan que las personas creativas carecen de la constancia y la rigurosidad para materializar sus ideas. Otros creen que los implementadores se limitan a seguir un plan previamente establecido. Parece que ambos conceptos se excluyeran o que tuvieran un orden correlativo dentro de un proceso, primero crear, después llevar a efecto. Cuánto daño hacen estas creencias tan afianzadas en muchas mentes al desarrollo de las habilidades de las personas y sus competencias dentro de las organizaciones.

Tanto la creación como la ejecución son conceptos que de tanto usarlos están devaluados. Despojar a las personas de cualquiera de estas dos capacidades innatas en el hombre es convertirlos en sombras de lo que son, oscilando entre la superficialidad divagante del creativo y la rigidez y estrechez de miras del mero ejecutor.

Yo defiendo que todos somos creativos cuando llevamos a efecto tareas con las que nos sentimos comprometidos. Y conseguimos resultados.

Otra cosa bien distinta es reconocer a qué nivel de detalle te gusta trabajar. Hay personas orientadas a la planificación de proyectos que desarrollan todo su potencial estableciendo relaciones en procesos que incluyen muchas tareas globales, y otras que disfrutan más trabajando en el desarrollo de tareas compactas que requieren una dedicación enfocada a un objetivo particular.

En cualquier caso, me posiciono a favor de la integración a la hora de extraer lo mejor de cada uno de nosotros en cualquier aspecto de nuestra vida. En los equipos que he liderado mi esfuerzo siempre ha ido orientado a transmitir la importancia de la tarea a realizar por cada miembro del equipo y su responsabilidad en el logro del objetivo final, dejando a cada profesional realizar su trabajo con libertad dentro de los parámetros de calidad previamente establecidos. Conseguir de este modo el compromiso de los recursos dentro de una organización es asegurar el éxito del proyecto.

La idea de separar la creatividad de la implementación me devuelve el eco de unos tiempos que espero no vuelvan jamás donde no se esperaba nada de las personas que fuera más allá de su capacidad de producción bajo la supervisión de un superior. Si algo positivo podemos extraer de los malos tiempos que corren son las enormes ganas que todos tenemos de trabajar y volver a comprometernos con proyectos que ayuden a recuperar la confianza que muchos han perdido en nuestro país y en nuestra economía.

Saludos a todos y muchas gracias por leerme.

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