domingo, 8 de mayo de 2011

PROFESIONALES Y EMPRENDEDORES

         Estoy en pleno curso de dirección de proyectos y además trabajando estas últimas semanas en temas relacionados con consultoría comercial y marketing, y voy fatal de tiempo, pero esto del blog es adictivo y quería escribir este post para compartir con vosotros mis últimas reflexiones acerca del significado del emprendimiento en el mercado de trabajo actual.

Creo que la crisis económica ha supuesto una revolución en la concepción personal de la carrera profesional y que va a tener un efecto positivo en las relaciones laborales que se establezcan en el futuro porque nos ha convertido a todos de alguna manera en emprendedores. ¿Las transacciones trabajador - empresa podrán entenderse a partir de ahora como un mercado B2B ‘’business to business’’?

El fenómeno del nuevo emprendimiento profesional va de la mano de la gestión de la marca personal, el cuestionamiento de la relación ser-hacer y el uso de las redes sociales como canal de soporte y comunicación.

La marca personal comprende todas las capacidades logros y habilidades, adquiridas y más allá, todo lo que podemos alcanzar en el futuro. La marca personal está cargada de experiencia y potencial. Es el sello de calidad de todo lo que yo produzca, pero atención: mi marca no es mi producto, es mucho más que eso. Mi marca respalda el servicio, y es sobre todo una fuente de confianza.

Como emprendedor no sólo soy lo que hago, sino que empiezo a pensar a producir en términos de mercado; mi producto se especializa y mis habilidades y capacidades se amplían. La marca se posiciona en el mercado con la estrategia definida en el plan de negocio y el producto se introduce en el segmento target a través de la propuesta de valor.

  1. Ofertaré mi producto diseñando propuestas de valor orientadas a las necesidades de cada cliente.
  2. Lanzaré diferentes productos dirigidos a segmentos distintos.
  3. Consolidaré mi marca personal como respaldo a mis servicios.

Me ha gustado mucho el concepto de marketing ‘’propuesta foco de resonancia’’ a la hora de diseñar una propuesta de valor. Creo que es una estructura de éxito tanto en ventas como en negociación, y que responde a un gran conocimiento del producto, la competencia y sobre todo las necesidades del cliente a corto y medio plazo. La clave está en convertir la diferencia positiva de la competencia en un punto de paridad y centrarse en uno o dos puntos positivos de nuestra oferta demostrando y documentando su valor superior.

Si aplicamos esta herramienta a nuestra promoción profesional aprenderemos a relativizar el valor de nuestras capacidades analizando nuestro perfil desde un punto de vista más abierto y seremos más eficaces en el logro de nuestros objetivos.

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